Las tres “P” Propósito,Pasión y Plan.
¿Sabes cual es tu propósito en la vida? ¿Te has puesto a pensar en este año para qué fuiste diseñado y para qué estas aquí en esta vida?¿Sabes como vas a cambiar vidas,y hacer una diferencia en tu ciudad,en tu país,en el mundo?
El propósito tiene qué ver para lo cual fuiste diseñado en esta vida y cómo tú vas a cumplir tú misión.
La segunda “P”es pasión,qué nos recuerda aquello qué nos encanta hacer.¿Ya sabes claramente qué te apasiona?¿Qué te sube la adrenalina?¿Por qué te palpita el corazón,y qué puedes hacer aún sin qué te paguen?¿Estas haciendo algo qué esta en el centro de tú pasión?
Y por último hablemos de tu plan de acción. La acción te libera. Y una vez qué descubres y tienes confirmado tú propósito y tú pasión,asegúrate de tener un plan de acción qué te libere y te ponga en movimiento,acercándote a tu sueño y a tú visión.
¿Cómo podemos descubrir nuestra pasión o propósito?
Desentierra tus sueños: Muchas veces nos cuesta ver mas allá de donde nos encontramos,sentimos miedo y preferimos evitar correr riesgos. Pero lo cierto es, que la única manera de encontrar nuestro propósito, pasión o talento en la vida es precisamente ese: enfrentando nuestros miedos, saltando.
Una cierta dosis de dolor es necesaria a la hora de suicidar esa parte de uno qué ya no sirve.
Y lo qué nos salva en el salto es, precisamente, responder a nuestra pasión así que ¿Qué te acelera el corazón? ¿Estás diciendo sí a compromisos que odias? ¿Te tomas una hora al día para cosas que te gustan? ¿Hablas con personas que te despiertan, te inspiran y te aportan nuevas ideas? (Deja de rodearte de gente tóxica por favor) Prioriza el contacto con gente qué te haga sentir capaz y motivada, motivado.
Mira hacia dentro: Se trata de hacerse preguntas, y hacerse las preguntas correctas en lugar de crear conclusiones o de conformarnos con viejas respuestas.Las preguntas son interesantes, generan caminos nuevos; las conclusiones conducen a callejones sin salida. Así qué pregúntate: ¿Por qué? ¿Qué más es posible? ¿Esto es lo que quiero? ¿Puedo aportar algo de valor a los demás? ¿Me encanta esto? Y sobretodo pregunta: ¿Para qué?
Hazle caso a tu intuicion: la intuición es como un músculo, se puede entrenar. Escuchar nuestra intuición, es un regalo que nos hacemos porque da las respuestas más profundas a nuestras preguntas más complicadas.
Así que no debemos pasar por alto o hacer oídos sordos a esa vocecita interior qué entre másescuchemos más fuerte hablará hasta ser la jefa que comande nuestras decisiones.
Escucha, medita. A lo mejor ya sabes cuál es tu verdadero propósito, lo qué pasa es qué a veces nos hace falta un plan para llevarlo a cabo. Pero eso toma tiempo. Así qué paciencia con el proceso. No siempre será así.
Confia: Yo creo qué cada uno de nosotros tiene un potencial único que nos fue dado al nacer, pero si lo cultivamos o no depende enteramente de nosotros. En su sentido más puro, debe ser por eso qué estamos aquí, para comenzar, y elegirlo es el viaje de nuestras vidas.
Discutir nuestros sueños con los demás sólo nos hará volver a evaluar y cuestionar nuestros planes. No todo el mundo estará de acuerdo con nosotros o entenderá lo qué estamos haciendo. Por lo tanto, vamos a terminar con un montón de opiniones innecesarias.
El trabajo más difícil ocurre adentro. Todo lo qué es adentro nos cuesta, porque lo externo es más tangible, más fácil de percibir y de mostrárselo al mundo ¡Mírenme, estoy logrando algo!
Recuerda qué el camino debe sentirse igual a la meta; es mejor fluir en lugar de resistir. Sumérgete en la experiencia con la inocencia de un niño. Dedícate a emprender proyectos en los qué puedas aportar algo positivo a tu entorno… este planeta lo necesita. De eso se trata la vida, de sentirnos vivos!
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